Depresión Aventura Cap. 5

Tema: Depresión Aventura Cap. 5 Mar Ene 23, 2018 10:56 pm

Señorita Psicóloga, Solo Veo Vaginas.

Desde que ingresé a la Policía de Investigaciones, siempre estuve en contacto con psicólogos y psiquiatras, ya sea para ver casos de detenidos con fallas mentales o, simplemente, como paciente. Así supe que mi mente necesita cambiar de ambiente constantemente, porque las rutinas me enervan (vaya uno a saber si esto es un principio de locura); por otra parte, siento impulsos que me hacen creativo, no me interesa que me lo agradezcan o no.
A propósito de esto último, la PDI tuvo por años una placa de bronce junto a la puerta de las Comisarías de la Institución, donde indicaba qué número le correspondía y el nombre de la comuna. Desde hace un par de décadas cada Cuartel luce junto al rectángulo de bronce ya mencionado, una bella copia de la placa que portamos en los bolsillos, que nos identifica como Detectives. Éstas son de plata, pero un genial Jefe creó unas placas grandes que nos muestra desde lejos que somos PDI. La idea primigenia fue de un Jefe del puerto de Lota, mi amigo y superior jerárquico Manuel Maruri, hijo de uno de los mártires muerto en acto de servicio en esta comuna de Puente Alto, por lo cual una de las calles de Santiago de Chile se llama MARURI.
Me preguntó, aprovechando que fuera de pintor, dibujante y escultor, entre otras habilidades, si era capaz de hacer una placa policial de unos 70 centímetros de diámetro, con el objeto de mostrarla en una de las vitrinas del comercio de esa ciudad. Así me di el trabajo de hacerla en madera primero, para después llevarla a la fundición de la Carbonífera Lota donde, ni tonto ni perezoso, pedí DOS; naturalmente que la segunda quedó para mí. Todos los años ambas placas color plateado eran lucidas en los locales comerciales para el Día del Detective, 19 de junio. Cuando ya decidí retirarme, regalé la mía a uno de mis Jefes más querido, por su rectitud y cierto paternalismo con que nos trataba a nosotros sus subalternos.
De modo que celebro al funcionario policial o Jefe que haya tomado la idea de ambas placas y las hacen de brillante bronce con nuestro escudo nacional donde están las figuras de un cóndor y un huemul, apoyando sus patas en el tricolor.

La otra idea que la llevé a cabo cuando fui Comisario Jefe de la ciudad de Parral, fue saltarme la disposición que obligaba a los ciudadanos que denunciaban un delito del cual estaban siendo testigos ( asaltos, asesinatos, golpiza a una mujer, etc.), por la cual debían identificarse, dar sus nombre, cédula de identidad, teléfono y domicilio. Encontré que era una idiotez y en mi programa dominical que la radio local me cedía para instruir a los parralinos como defenderse de la delincuencia, decidí informarles que a contar de esa fecha, BAJO MI RESPONSABILIDAD, todas las llamadas al Cuartel de Investigaciones ( di el número una cinco veces en ese programa para que lo anotaran) SERIAN ANÓNIMAS.
Fue increíble el resultado, la enorme cantidad de llamadas, todas serias y ninguna broma, nos permitió hacer una labor policial en que las entidades ciudadanas nos felicitaron y, naturalmente, mis superiores jerárquicos TAMBIÉN, pues llegábamos a tiempo para detener a los bandidos.
Sin ningún atisbo de humildad, tal idea subsiste en la PDI hasta el presente día.

Y la tercera idea que aún permanece vigente, era de carácter defensivo y reservado. No pido, naturalmente, tal reconocimiento, simplemente me siento satisfecho de haber contribuido con mi Institución.

Volviendo al tema de la Psiquiatra, una señora muy seria que me interrogó desde cuando nací, el ambiente agreste en que crecí, etc. Y, mientras atendía a otro paciente, me dijo que fuera a la oficina vecina donde una Psicóloga, que resultó ser una joven profesional recién iniciándose. Francamente, aunque me da risa recordar este episodio, siento algo de arrepentimiento haberme hecho el gracioso; solo me justifico por encontrarme muy mal, en medio de un ambiente mental oscuro, donde todo lo veía en una neblina.
La muchacha comenzó con el consabido muestrario de figuras de pinturas de colores que, francamente, los pacientes debemos decir QUÉ VEMOS. Ya en la tercera página, después de manifestarle que las anteriores eran mariposas, me sentí aburrido y tratado como un imbécil. Comencé a decirle que veía una vagina y así, sintiéndome aburrido e indignado, dije que TODAS ERAN VAGINAS.
La pobre chica se puso de pie con una leve sonrisa y llevó los resultados a la psiquiatra, que me llamó y vi a la psicóloga que salió ruborizada y con cara de pocos amigos.
La Doctora , más seria aún, me ordenó sentarme y, mientras escribía en mi Hoja de Salud, me dijo con voz desagradable “ Don Eduardo, la psicóloga no está para que usted se burle de ella”.
Quedé en silencio y continuamos el interrogatorio sobre mi personalidad tan revuelta. Bueno para reírme, no agresivo en situaciones normales, pero resulté ser UNA DINAMITA DE MECHA LARGA, es decir con un gran aguante para situaciones difíciles antes de explotar.

Cap. 6 y Final.

La Gran Solución Muy Sorpresiva.

Tema: Re: Depresión Aventura Cap. 5 Mar Abr 24, 2018 3:16 pm

ja,ja,ja que malo eres...

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