Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso.

Tema: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Miér Ago 05, 2015 1:05 pm

Hoy, cuando los años han pasado con mis setenta y cuatro años a cuesta, debido a un incidente menor con una dama, comencé a repasar en mi mente aquellas situaciones ridículas y molestas por medio de las cuales comprendo el desagrado de las mujeres cuando son acosadas por individuos desatinados y, aseguraría, enfermos mentales que son incapaces de entender que son rechazados hasta con asco.
Sé que este es un tema serio, pero no puedo evitar caer en la ironía, especialmente ahora que estoy relativamente lejos de tan fastidiosas aventurillas.
Era tan tímido en el asunto de amores, aparentaba ser mayor que mis trece años de edad, con un fino bigotito hecho con mis pelusas que ennegrecían mi labio superior, que mis compañeros de estudios se burlaban de mí ante mi evidente cortedad. Las compañeras del Liceo me rodeaban, tal vez pensando que al ser falsamente mayor, tenía experiencia en este campo. Estaban totalmente equivocadas, pero eso no lo podían saber y me transformé en un muchacho un tanto pesado con mis burlas. Afuera de mi colegio tenía una noviecita de mi edad, con la que pocas veces nos portábamos seriamente y el mayor tiempo lo pasábamos discutiendo cosas sin importancia; a fin de cuentas éramos niños todavía.
No puedo olvidar cuando ese verano dejé la escuela básica ( o primaria como se llamaba en ese entonces); había terminado el verano y, como de costumbre cada vez que podía, transitaba por la playa. Con sorpresa y admiración vi a una muchacha hermosa y llena de curvas que estaba relajándose en la arena con un hermoso traje de baño.
Quedé tan alelado que me detuve relativamente cerca. Ella notó mi admiración y me sonrió; en mi falta de experiencia creí que se burlaba de mí y seguí mi camino, pero no conté con la terquedad de la bella chiquilla y, con sorpresa, cuando llegué el primer día de clases la encontré en un curso paralelo al mío. Estaba muy molesta ante el asedio de las chicas que al principio creyeron que era un joven inspector, hizo un gesto de desprecio y … comenzó mi gran problema. Intrépida mi admiradora, comenzó una bien planeada acechanza de mis actividades colegiales. Encontraba a Elena ( pongo un nombre cualquiera) hasta en la sopa y nunca supe cómo se las arreglaba en su casa para justificar el tiempo que empleaba en la persecución de este pobre pavito. Dije que comprendía a las mujeres acosadas incluso por individuos de buena presencia; mi timidez transformó en pesadilla aquella placentera persecución y cuando vio que yo la rechazaba comenzó una burla con otras muchachas, llegando al extremo de tratarme de maricón y así provocó las risas de mis compañeros varones.
No le cabía en la cabeza que, pese a gustarme como niña mujer, mi terrible timidez me impedía aceptarla. Noté que entre mis condiscípulos había muchachos mentirosos de marca mayor y se jactaban de sus conquistas amorosas; ni tonto ni perezoso hice lo mismo y ahí sí que me metí en un lío de grandes proporciones. Comencé a ser acosado por muchachas mucho mayores que me enviaban notas para citarme; naturalmente este corto “conquistador” no acudió a ninguna de las citas.
Aún recuerdo con pena a las muchachitas que hice llorar con mis juguetonas palabras, pues, pese a mi apocamiento, seguía siendo popular. Por desgracia era un peleador callejero desde los ocho años de edad y para mí era un placer golpear a los abusivos; mi padre me había enseñado jiut jitsu y ya había comenzado hacer pesas y subirme a la barra fija. Por lo tanto era admirado hasta por los muchachos, pues vivíamos en la cuenca del carbón, donde los mineros aplaudían a los muchachos más aguerridos y las chicas mostraban su admiración por esta salvaje costumbre.

(Continuaré relatando estas molestas situaciones, muy apegadas a aquello que efectivamente me ocurrió. Estoicamente aceptaré las críticas donde pueda ser tratado como un fanfarrón, pero ... sólo me limito a contar partes escabrosas de mi vida. Si llego a caer en el error de ir contra las disposiciones de esta querida página, no me enojaré si la borran, total hay que respetarlas.

affraid

Tema: Re: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Dom Ago 16, 2015 10:12 pm

jajaja bueno no es problema,son sus intimidades jajajaja. Ahora de humilde no tenia nada parece don Jaime.

Me encantan estas historias,porque son parte de a vida misma,es nuestra historia,y siempre es reconfortante oírla.
Seguiré atenta a sus memorias.

Que as hadas te acompañen

Tema: Re: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Lun Ago 17, 2015 1:32 am

Claro que son lindas anécdotas de la vida de Jaime. Recuerdos que sin duda tienen su lado simpático.
Nilda

Tema: Re: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Lun Ago 17, 2015 11:28 am

Poe, Nilda, gracias por leer a este viejo fanfarrón. No obstante, estoy seguro que nuestros amigos escritores varones les ha ocurrido situaciones semejantes y simplemente no se atreven a contarlas.
¿Contarlas? Bueno,comienzo a recordarlas y contarlas una,dos, tres, etc. ja ja ja já bastante pesada la broma, ¿eh?, pero más escabrosas, entre divertidas y tan vergonzosas, que no me atreví ni a comentarlas con mis amigos, y ... por desgracia fueron verdaderas.
Veamos si me atrevo, desde las más simples hasta las más ... ¡Uf!

Tema: Re: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Sáb Abr 15, 2017 11:47 am

¿Acosados? Por supuesto que sí y conozca cantidad de casos... y con la misma intensidad que un hombre acosa a una mujer.

Cuídese Jaime, porque todavía puede escribir otra historia semejante, jajaja...

Felicidades.

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La alegría se multiplica cuando la dividimos...
Richard Bach....

Te invitamos a que dejes comentarios en los post de tus compañeros. Al igual que tú, también ellos merecen ser comentados. Gracias

Tema: Re: Cuando el Hombre es la Víctima del Acoso. Sáb Abr 15, 2017 8:29 pm

Ayayay, querida amiga Etel, hace unos pocos años en mi taller de llaves sufrí el acoso de una señora mayor que se molestó cuando una muchacha de unos 16 años llegó a pedirme monedas para la locomoción colectiva. Con rapidez le di las monedas y le dije que hiciera el favor de retirarse porque no quiero ser víctima de las malas lenguas del barrio.
Con lo que no contaba era con la señora que se quedó a esperar que le hiciera copias de llaves. Claro, no solamente quería eso ... sino mucho más. Cuento corto: me dijo, después de la invitación a su casa, "Pa´eso SOMOS MAYORES ¡ Qué tanto de darle vueltas al asunto!".
Sé que esta historia da risa, pero en esos momentos yo estaba indignado y llamé por teléfono a mi esposa. Cuando Nany llegó, la "dama" se retiró con cara de furia; son episodios que nos pasa a los hombres y que no nos atrevemos a contar por miedo a las burlas y ... a veces a los insultos.

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