Necesario no.

¿Necesario no? En el banco de un parque, con su patineta, no pretendía hacer piruetas ni trucos a la vez.
–Quiere caminar conmigo –me dijo–.
Mientras leía el periódico que compré en la esquina, quise disimular no escucharlo.
Él insistió con la viveza de un niño de nueve años.
–En casa mamá me espera.
Miré el reloj, las 5pm. Me quedaba poco tiempo para volver al aeropuerto. Lancé al aire una moneda imaginaria ¡Salió cruz! – .  Entonces, le respondí:
–Mañana te llevaré en mi coche.
–Él me dice –No te preocupes, pronto nadie vendrá a visitarme. Me he rapado.

Ese logro que tenés de hacerme leer varias veces tus textos y poesías para entender y siempre presente múltiples interpretaciones. Creo que es bueno eso para el lector.
Nilda