28 años

Hoy, 6 de noviembre, hace 28 años que te fuiste. A las 20 hs de ese 6 de noviembre. Empezaste a irte al amanecer, al principio no me di cuenta. Recuerdo que corrí, corrí, cuadras y cuadras para buscar esa bendita ambulancia. Cuando volví ya no estabas, o si, de alguna forma sí, pero no como yo quería.
Después de tantos años, solo quedan recuerdos, de los lindos, de los cálidos, de los que hacen sonreír.
siempre dije que llegarías a los 80, pero te saliste con la tuya, no querías dejar la década de los 40, no querías llegar a los 50. Esas gitanas, que no conocí, las que te dijeron que no saldrías de los cuarenta. Y te convencieron, su augurio fue más fuerte que el mío.
Como dije alguna vez, "llorar? para qué? por egoísmo al haberte perdido, por mi soledad, por mi orfandad? No, es mejor saberte feliz junto a Dios".
Son veintiocho años de ausencia, de nietos no conocidos, de bisnietas que te hubieran revuelto la vida. Es mucho tiempo, demasiado, pero en definitiva ya no lo reconocías, el tiempo, digo, no sabías de su paso, en tu vida se detuvo mucho antes.
¿cuántos años tengo china? te acordás de esa pregunta. Yo si recuerdo, en ese consultorio de poca luz, la doctora mirándonos y haciéndote preguntas, muchas que no podías responder ¿cuántos años tengo china? te veo girando la cabeza y haciéndome esa pregunta con dulzura, con inocencia. Ese tiempo del que ya no tenías noción muchas veces.
Recuerdo ese poema que escribí poquito tiempo después con el dolor y el enojo que no se pudieron alejar de mí durante años. Sentía que fuiste débil, que no luchaste, que te dejaste vencer. Y tal vez, aunque no lo reconocía, también sentía un poco de culpa, por no ser motivo suficiente de fortaleza para vos.
Ahora, yo, con más años de los que tenías cuando partiste, miro hacia atrás, reflexiono, pienso, siento esa mezcla de tristeza y paz, esa mezcla de angustia por lo no pudo ser y consuelo de lo que fue. Yo estuve ahí, a tu lado, como pude, siempre sola, pero estuve, fui un apoyo, una compañía. Ojalá lo hayas sentido así.
Veintiocho años que son tantos y no son nada, ¿qué será de vos cuando yo también me vaya? quién te recordará? estábamos tan solas...
Ojalá haya podido dejar en mis hijos el afecto necesario para que sin conocerte te recuerden, te sientan parte de su raíz.
28 años de ausencia, de recuerdos, uno más cada año.
Que descanses en paz mamá. Te recuerdo con amor.

¡Ah, querida amiga Nilda, cómo me has hecho recordar!
Recordar con amor a personas tan amadas, en especial los momentos de alegría, es nuestro consuelo.
Un abrazo fraterno de quienes nos hermanamos en el dolor.
Jaime

Qué se puede agregar a un texto tan bien logrado...? Absolutamente nada. Emociona, entristece y a la vez satisface leerlo. Excelente.
Saludos,
José