Lucia del Mar perdió la memoria

Quiero escribir un cuento bonito. Que haga sonreír a los niños y pensar a los adultos. Por qué será que si quiero escribir un cuento debo pensar en un dinosaurio, una ballena o un león? Parece que todos lo hacen.
Un cuento que refleje la imaginación de una mañana que despierta, de un sol que se despabila o un campo que empieza a florecer. Sé que es difícil, no creo poder.
Si entonces intentara solo contar una historia que alguna vez pasó? No, no creo que haga sonreír a los niños y pensar a los adultos. Busco un cuento ¿dónde lo podré encontrar? Un cuento con hadas será lo mejor? Aunque hace poco alguien dijo que las hadas tienen lo suyo, que no le creamos todo, que no son tan buenas como nos quieren hacer creer. También las princesas ya pasaron de moda, ya no existen castillos ni dragones.
Entonces empezaré mi cuento hablando de un niño, o una niña, que tal vez pueda ser yo.
Había una vez una niña…. ¿qué puede pasarle a la niña? Los niños tienen una vida tan predecible. No les pasan cosas extraordinarias.
Tal vez esta niña una mañana despertó sin poder recordar nada, si, eso sería bueno, bueno, digo para la historia, para el cuento, no para que le pase a la niña en realidad.
“Había una vez una niña que se despertó como todos los días, pero este día tuvo un acontecimiento especial, no podía recordar nada de su vida anterior a ese momento, no conocía a quienes la rodeaban. Los padres se asustaron mucho y decidieron llevarla al médico. Después del desayuno lo hicieron.
El doctor López, un hábil profesional tranquilizó a la niña y le pidió a los padres que los dejaran solos.”

Hasta ahí creo que va bien pero… ¿Cuándo empezarán a reírse los niños? Veamos.

“la niña, que todavía no les dije como se llamaba, era Lucía, Lucía del Mar. El Doctor le dijo si recordaba su nombre y ella dijo que no. Entonces él empezó a hablar del mar, mostrarle imágenes que había en algunos libros. Y así fue durante unos minutos hablando de lo bien que ella lucía esa mañana como si fuera un brillo en el mar. Hasta que luego de decirle cosas agradables ella recordó su nombre.
Es que el doctor se había dado cuento que la niña necesitaba algo que no tenía, un amigo, si un amigo. Estaba sola y los padres siempre muy ocupados. Entonces el profesional le dijo que sería bueno que leyera más, que así iba a ir recordando y también si iba a la biblioteca encontraría un amigo con quien compartir historias que la ayudarían a recordar cada vez más, o tal vez, una mañana despertaría recordando todo, recuperaría la memoria.
Tomó un libro, que él había tenido desde hace años y le leyó un capítulo: un hombre tomó a su mujer por la cintura y no la pudo mover, vamos mujer, le dijo, pero resulta que se había confundido, era el sombrero de su señora que quedó en una rama del árbol y él estaba agarrando el tronco del árbol. En otra parte leyó que Luis era un carpintero que no quería gastar sus herramientas y por eso se negaba a trabajar, su familia decidió darle una lección trayéndole prestado una caja de herramientas y ya no tuvo excusas para no trabajar.
Y así Lucía del Mar comenzó a reír y los padres, a través de la puerta escucharon la risa. Ingresaron de repente al consultorio y ella les dijo contenta el doctor me leyó de este libro cosas divertidas.
El Dr. les dijo que ya tenía la receta y que debían seguir sus instrucciones: leer y tener amigos.
Así que ya de regreso a su casa se quedaron en una biblioteca y entre libros tan variados eligió uno de mascotas que llevó a su casa. Los padres reconocieron que ella solamente necesitaba compañía y desde ese día le dedicaron más tiempo. También le consiguieron un perro y un gato para que Lucia se ocupe de atenderlos y como si fuera poco, en la biblioteca, tal como le dijo el Dr. López encontró otros chicos que iban a leer y como tenía que contarle cosas de ellas porque se hicieron amigos, sin querer, sin darse cuenta, fue recuperando la memoria mientras les contaba cosas de su vida..”

Tal vez no haga reír el cuento ni tampoco pensar, pero bueno, no siempre se consigue lo que quiere ¿no? ¿Será que todos los chicos de la biblioteca eran pacientes del Dr. López? Humm. No sé.
"Y colorín colorado, este cuento se ha terminado"

AMIGA, este cuento es maravilloso. Primero enseña cómo se puede armar la trama de un cuento, los pasos que se deben dar, luego entra en el de forma fascinante con un tema aleccionador para la unión, la aplicabilidad del amor y la comunicación entre padres e hijos. Felicitaciones por tu imaginación, inventiva y creatividad.