Pensando mientras viajaba

Seguramente no corresponde a esta sección, en realidad creo que a ninguna, pero tenía ganas de compartir y lo hago, espero no ofender.

Estaba pensando, aunque siempre pienso, pero ahora siento un estado de ansiedad particular. Decía que pensaba, en el pasado, pero no en mi pasado, sino en el de todos nosotros, hace cientos de años. Venía de ese viaje largo de doce horas desde Buenos Aires a Corrientes, con la imagen de los docentes de pueblos originarios con quienes compartí el encuentro sobre educación intercultural bilingüe. Tenían el rostro tan marcado, no hay forma de disimular a qué pueblos pertenecen, pero no es lo que me llamó la atención. Lo que causó esta ansiedad de la que hablo, es el estado interior de cada uno de ellos que se refleja en la mirada, en la actitud, en la forma de desenvolverse. Los veo tan abatidos, tristes, si, me parece que la palabra es “tristes”.
Cuando exponían en algunos grupos de trabajo, muchos de ellos hablaban con voz tan baja que casi no se les podía oir, con labios semicerrados, incluso algunos miraban hacia abajo. ¿será que se sienten así? Indefensos, temerosos, desprotegidos en un mundo que parece no contenerlos?. No voy a negar que también algunos, (muy poquitos) hablaban con orgullo de su raza, con firmeza, con ganas de luchar por el reconocimiento social, por la revalorización de su cultura y sus ancestros. Recuerdo a una Sra. De 62 años, que aún no creo que tenga 62 porque parece de 50, que incluso dijo que en unos meses viene de visita a un ateneo en Corrientes, que contó su lucha por la educación para su pueblo, que trabajó años con un grupo para que por fin en su Jujuy natal pueda contarse con “idóneos” para pareja pedagógica del maestro de grado. Y hoy ante el logro se siente feliz y festeja y comparte con nosotros. Aunque sin duda, falta mucho por lograr.
Algunos representantes del Chaco rindieron homenaje a un hermano que el año pasado al participar de un encuentro justamente en este mismo ministerio, tuvo un accidente de tránsito que lo tuvo meses internados primero en Buenos Aires y después en Castelli, Chaco, donde finalmente falleció. Y decían que son muchos los que murieron en la lucha por una ley de educación a favor de los pueblos originarios, por el reconocimiento de la sociedad hacia su cultura, su lengua, su espacio físico y simbólico.
La verdad es que de cada provincia se escuchó las voces de estas personas que buscan que su lengua, sus tradiciones, permanezcan, como algo positivo, no como factor de discriminación. Las imágenes (fotos o videos) de niños de estos pueblos estudiando en sus escuelas, es algo que alimenta el corazón, son chicos, son niños, tan parecidos a nuestros hijos, seguramente sus sueños también serán parecidos.
En el largo viaje, yo pensaba, espero que algún día estos descendientes de pueblos originarios dejen de luchar, pero dejen de hacerlo porque ya no sea necesario, porque hayan recibido el reconocimiento merecido, el respeto merecido. Pero al mismo tiempo me digo, ya pasaron más de 500 años, ¿cuándo será ese día entonces? ¿Qué más tendrán que hacer o esperar?.
Y pensar que tenemos gotas de su sangre en nuestras venas…. Y otros tantos hasta tienen su sangre en las manos por tantos años de luchas y matanzas y hay gobiernos provinciales que siguen en este camino…

Coincido plenamente contigo, Nilda. Pero simplemente me voy a quedar ahí para no entrar en ninguna polémica. Pero aparentemente para los gobiernos de muchos, muchos años atrás y hasta el presente, el país se termina en la Capital Federal nomás. Cuanto más lejos de allí nos vamos, más olvidada está esa pobre gente. En fin..., la justicia social no es algo que yo crea que pueda llegar a ver al menos en esta vida. Muy bueno tu relato. Saludos,
José

Nilda, un relato que llega, bien escrito, buena ortografía y vocabulario. Salvo algún mínimo detalle de puntuación que me hizo releerlo como: "Y hoy ante el logro se siente feliz y festeja y comparte con nosotros. Aunque sin duda, falta mucho por lograr."
Desde el contenido; me resulta un excelente logro, como me muestra la empatía. Un ngusto leerte. Un abrazo.

Identidad. Sentimiento vivo recorriendo en la sangre.
saludos Nilda

Nilda, con este texto tocas a muchos pueblos, naciones donde el problema es igual, los gobiernos se jactan diciendo que luchan por los marginados, que es el "pueblo al que está dirigido su mandato, que cada día los pobres son menos, que los marginados son pocos", creo que es una lucha que como bien lo planteas, han pasado más de 500 años y la cosa no cambia tristemente.
Excelente texto... Felicidades