Verídicas amistades

Dícese, y dícese bien, que las personas honestas con sus propios pensamientos tienen pocos aunque buenos amigos, y las personas falsas y zalameras tienen muchos, e incluso muchísimos, pero malos. Verdad, la de los primeros, es difícil de digerir por según qué estómagos, de ahí viene el rechazo de no pocos y de ahí las contadas amistades; mentira, la de los segundos, genera multitud de "arrimamientos" pero a ninguno de ellos puede calificársele de amistad, es por eso que las verdaderas amistades son tan infrecuentes; eso dice muy poco a favor de nuestra sociedad y del sistema de afinidades en el que nos movemos, la cuestión es si lo hacemos como gráciles grullas o como viles serpientes.




Adanhiel.

Carísimo Hermano.

Como siempre tocando temas "insignificantes" Pero... ¿No podrías, aunque sea una vez, sólo una, escribir sobre algo medianamente importante? Y ahora... Te la agarras con la amistad.

¿Pero a quién, dime a quién... le interesa ese tema? Unicamente a ti, se te puede ocurrir... Mira... Ya a estas alturas, eres IRREMEDIABLE.!!! -(No te me soliviantes... es todo en broma. Jajaja.!!!)-

Pues en un todo de acuerdo, querido amigo. Lo cierto es: ¿Qué sería de la vida sin amigos? Y bueno... Entiendo que cada cual los tiene a su imagen y semejanza, cual todo es, cuanto acontece en ésta vida. Dime con quien andas... y te diré quien eres.

Ahora, fíjate, que nosotros, incluyendo a nuestra querida amiga Malisa, somos lo mejor de los peores... Jajaja. ¿Pues, qué quedará para los demás? -(Y sigue la broma)-

No te preocupes demasiado, Adanhielito, a cada quien le paga su valor... La Vida.
Cada cual tiene los amigos que merece. ¿No te parece?

¡AMIGUÍSIMOS ABARAZOTES AL CANTO!

Así es, amiguísimo, seguiré irremisible e irremediablemente "abducido" por estos que algunos (menos bromistas que tú, entrañable tunante) tildarán de absurdos e insignificantes temas, ¡pues con su pan se lo coman, que más tienen ellos a perder que yo! Soy incorregiiiiiiiiiiiiiiiiiiible, hermano... ¿o quizá debiera de decir que somos? Porque o a mí me fallan las matemáticas o al menos cuento a partir de tres, y bien sabes por dónde van los tiros, jaja.

Los habrá que aseveren, no sin acusable jactancia, que les basta dar una patada en el suelo para que les salga una amistad... o bien se engañan a sí mismos o nos envuelven con un tul de estúpida ingenuidad al resto de los mortales entre los cuales habrá quienes fomenten la envidia, supongo que éste es el propósito de los jactanciosos referidos. Pues bien, tanto unos como otros me provocan una profunda lástima pues desconocen la autenticidad que, verbigracia y sin jactancia, a nosotros nos engalana, como aquel que dice, para los restos;¡ Malisaaaaa, escúchame bien porque esto también te incumbe! Ay, Dios mío, y qué sería de mí sin mi Sancho, el del buen condumio y especiales entendederas, y sin mi dulcísima y sin par Dulcinea, menuda mediocre novela habría de pergeñarse partiendo de tan triste soledad, que no es la que a mí me gusta frecuentar. Amor-amistad, amistad-amor, diferentes acepciones de una misma realidad en la que estamos alegremente sumidos... ¡qué afortunados somos! ¿verdad? Y lo bueno de todo esto es que esta fortuna prende y repercute en los corazones más necesitados; no me digas que te explique cómo es el proceso PERO ES, así que sigamos predicando con el ejemplo, mas que no sea para provocar envidias... tú ya me entiendes sin necesidad de profusas explicaciones, aunque habrá otros que sí las precisen, los mis pobres...

Razón tienes, Ricardo corazón leal, y si cada cual tiene los amigos que merece yo he debido hacer muchos merecimientos para que la vida me pague con vuestra amistad, amistad que no me cansaré de loar allá se me de la más mísera de las excusas.

Uf, quería escribir cuatro líneas y, mira por donde me he pasado un pelín, pero ¡qué le voy a hacer si es que me motiváis, muchachos, ME MOTIVÁIS!

¡AMIGOAMABILÍSIMOS Y SOBREMOTIVADOS ABRAZOTES AL CANTO!

Tanto es el aprecio que les tengo, a nuestra querida amiga Malisa y a ti, querido Adanhiel, que en verdad... Quedo sin palabras y con mucha emoción. Es todo.

Un fuerte abrazo, Hermano.

Me llamabais????pues he de meter cuchara, me habéis tocado un tema, de Padre y Señor mío!Que de amigos, unos pocos, de compañeros, unos muchos. Nos hemos acostumbrado a subestimar el concepto. Creo que la amistad verdadera(valga la redundancia) es más valiosa que el amor y más desinteresada. Soporta más las distancias y los renunciamientos(y que nos lo digan a nosotros). Nos queremos sin siquiera vernos las caras. Compartimos pensamientos, locos ideales, hábitos y anti hábitos(yo también fumo Adanhiel), nos hacemos regalos que perdurarán en el tiempo: nuetras prosas, poesías, debates y charlas de cafecitos virtuales, nos levantamos el ánimo y nos comprendemos.He aprendido a darme cuenta de qué humor estáis a través de vuestras letras, mi reconocidos hidalgos.En cuanto a los falsos arrimes y las envidias, os podría escribir un libro, pero os aburriríais.Por suerte tengo un detector(no de metales) que me pone a buen resguardo.Ahora me he puesto muy exigente a la hora de seleccionar, no por soberbia, sino porque el tiempo de ser decepcionada por un "amigo" ya fue. Ya no tengo tiempo ni ganas de perder el tiempo.
Lo bueno, si es poco, doblemente bueno.la amistad es un culto, una profesión de fé. merece respeto, y hay que alimentarla a costa de nuestro propio bienestar. Y...a ser sinceros, eh?, que de hipócritas está lleno el mundo. Creo que a ser buen amigo, se aprende, pero hace falta tener condiciones, no todos están preparados para serlo.Yo mantengo el corazón abierto, pero no a cualquiera doy la llave. Observo, escucho, evalúo, luego decido.Creo que eso también te lo enseñan los años, las alegrías y las tristezas. Eso mismo hace fuerte nuestra unión. Prefiero ser grulla, aunque no muy grácil.Abrazos de oso !!!a mis queridos nuevos pero viejos(en el tiempo infinito en que nos habremos conocido y ahora reencontrado)amigazossss.Malisa.

Desde luego desvirtuamos el propio concepto de amistad de tanto usar la palabra, tan alegre y descocadamente, con superficialidad; para mí es tanto como utilizar el nombre de Dios en vano, cosa que, por cierto, también solemos hacer, mire usted por dónde. Cierto es que la amistad es más resistente, más persistente que el amor de pareja que, las más de las veces exige una proximidad física de la cual el buen amigo puede prescindir. Nuestra amistad, como ya dije, es un ejemplo de cómo y hasta dónde, cuan profundamente pueden conocerse unas personas que no se han visto en la vida y que, casi, ni falta que les hace pues sus afines espíritus han contactado de tal forma que el plano físico se empequeñece hasta lo que realmente es: una pequeña y fugaz anécdota que no tiene tanta relevancia como (pienso que equivocadamente) le damos... o mejor debiera decir, LE DAN. Yo no soy exigente, pero acojo a lo que viene como lo que es: a los amiguetes, como amiguetes, a los coleguillas, como coleguillas, y a las amistades del alma (como es vuestro caso) como AMIGOS, así, con todas las encomiables letras y en mayúscula, y es por eso que ruego a Dios no me prive de ellos pues, a estas alturas ya no sabría bien cómo subsistir con tal carencia; afortunadamente sé que este es el tipo de deseo que tengo por concedido y eso me hace ser una de las personas más afortunadas de este cochino mundo... ganas me dan de vanagloriarme de ello, pero no lo haré por puro comedimiento, jaja.

Creo, mi buena dama Malisa, que ya hemos dado muestras de que estamos más que preparados para mantener y alimentar esa amistad donde merece, utilizando nuestros sinceros y palpitantes corazones tan generosos a la hora de dar como modestos y agradecidos a la hora de recibir, que la cosa siga así depende de nuestra constancia (a prueba de bomba) y de una inefable necesidad interior sencilla y nada rebuscada que solo pretende expandirse al prójimo todo lo que el prójimo le deje que, penosamente, no suele ser un espacioso margen en el cual poder "aterrizar" sin menoscabadoras turbulencias; menos mal que somos avezados pilotos de esta inmaterial pero fructificadora nave, ¿verdad? Mantengamos, pues, mente y corazón abiertos, aun tomando las debidas precauciones, y disfrutemos de cada instante pues se trata de un anticipo celestial que de ninguna de las maneras debemos infravalorar, tal y como hacen tantos y tantos otros... ¡pobres animalicos, cuan desgraciados son en realidad!

¡Un amigable picotazo de grulla, AMIGOS del alma y del espíritu!