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 Genin Capítulo III

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el guerrero consciente
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Genin Capítulo III  Empty
MensajeTema: Genin Capítulo III    Genin Capítulo III  Icon_minitimeDom Mayo 05, 2013 11:06 am

Estaba en la “Herrikotaberna” de la calle Navarreria intentando emborrachar al descerebrado de Iosu, cosa increíblemente difícil, dado que el personaje en cuestión consumía “haschis”, y alcohol en cantidades increíbles, yo iba por el segundo “porro”, mezclado con varias cervezas y temía seriamente comenzar a cantar Asturias patria querida.
El camarero de la taberna ponía cara de circunstancias, era un lunes a las diez de la noche, y se encontraban Iosu y el camionero valenciano, ese tan gracioso, de juerga como si estuviesen en un bautizo.
A Juanma no me podía acercar sin motivo aparente, el era un responsable de la coordinadora, y no nos daba clase, por lo tanto necesitaba un puente. Y Iosu conocía a todo el mundo en el casco viejo de Pamplona.
-Si esa reunión es pasado mañana en Hernani, estarán euskaltegis de todas partes, tu todavía te puedes apuntar, mañana dices en la “herriko “ de Jarauta que vas de mi parte y ya esta.
Perfecto, lo que acababa de decir “iosu”, era justo lo que necesitaba, ya tenia el contacto para introducirme en una asamblea-cena que se iba a celebrar en Hernani, en apoyo a la enseñanza de la lengua vasca, estarían Juanma y otros dirigentes de interés para el servicio , ahora ya podía librarme de Iosu
-has visto que hora es, mañana tengo que madrugar, me tengo que abrir ahora mismo.
Después de librarme de mi cita, decidí ir a pie a mi casa, Pamplona no era una ciudad grande, y desde el casco viejo al barrio del segundo ensanche, donde tenia alquilado el piso la distancia era pequeña, la noche era tremendamente clara y apetecía pasear, tras unos veinte minutos de recorrido, llegue a mi casa, un agradable piso-leonera de soltero, cuyos muebles solían estar cubiertos de ropa seca, en lista de espera para ser doblada e introducida en el armario, y con una cocina llena de alimentos en conserva, fruta, y la pila rebosante de platos sucios , tenia muchísima hambre, yo no estoy acostumbrado a tomar ningún tipo de droga, solo consumo “haschis” cuando es necesario en el entorno en el que me encuentro, y los dos porros fumados con varios “zuritos”, me habían causado un agujero en el estomago, decidí hacerme un puré de patatas con salchichas y fruta, mi especialidad, un plato que si hubiera sido inventado por Juanmaria Arzak seria una genialidad, pero como lo desarrolle yo, la gente dice que es una porquería.
Mientras se hacia la cena, levante las baldosas sitas detrás del cubo de la basura, asegurándome que las armas seguían en su sitio, una pistola del 9 parabellum con los dos cargadores de 15 cartuchos llenos, y mi favorita, un revolver calibre 38 especial de acero inoxidable y empuñadura de madera, con solo dos pulgadas de cañón, que permitían portarlo en una bota o un bolsillo del pantalón, y que gracias a su calibre, era demoledor en caso de verte obligado a tener que hacer un disparo a quemarropa.
No había mentido cuando dije que al día siguiente me tenia que levantar muy temprano, debería de tocar diana a las cinco, para hacerme con el furgón de reparto y poder tener la tarde libre para el espionaje, caí en la cama rendido tras apurar la ultima cucharada de puré, y me dispuse a dormir escuchando las tertulias radiofónicas como hacia siempre, y mientras del aparato de radio salía una voz angustiada por el trastorno que supone para la economía occidental los precios del petróleo, yo entre en una agradable sensación de sopor.
Estaba en el punto convenido del Paseo de Pablo Sarasate esperando uno de los autobuses fletados por la coordinadora, para acudir a la fiesta- asamblea que se celebraba en Hernani, efectivamente, conmigo se encontraban además de “Iosu”, incapaz de perderse una noche de marcha, Mikel ese perro fanático con apariencia de no haber roto jamás un plato, Nekane una militante de “Jarrai” y de “Egizan” la rama feminista del movimiento de liberación nacional vasco, Carlos, y Juanma el objetivo.
Una de mis obligaciones en el transcurso de la reunión, era tomar una imagen de Juanma, y si era posible de las personas que se significaran como su entorno mas próximo en el interior de la organización, circunstancia que resultaría teóricamente muy sencilla, pues en Hernani esa noche se juntarían todos los responsables de la coordinadora de las cuatro provincias , lo difícil seria como fotografiarles, ya que considere muy arriesgado llevar una cámara oculta, y opte por llevar una cámara fotográfica compacta, de las que uno se compra para ir de vacaciones, y tratar de realizar las fotos descaradamente, a modo de puro y simple recuerdo de la reunión, como si fuera un turista japonés en medio de la asamblea, esto podría gustar o no, aunque se suponía que esa gente confiaba en mi, me podría salir el tiro por la culata, y encontrarme con que no me dejaban realizar el “reportaje”, a pesar de ser teóricamente uno de ellos en cuanto a mi seguridad esta consistía en mi capacidad para en caso necesario, partirle la cara a alguien y salir corriendo, ya que si podía crearme problemas el llevar una cámara oculta o una grabadora , imaginaos si por ejemplo caigo por unas escaleras, y sale rebotando entre los escalones el 38.
Mikel subió tras de mi al autobús, y mirando en derredor suyo, finalmente decidió sentarse a mi lado, lo cual me produjo una sensación de asco difícil de definir, pues como ya habréis notado, este individuo en cuestión era junto con Juanma posiblemente mis dos candidatos favoritos al martirologio de la noble causa vasca, y digo favoritos, que no únicos, pues en mi caso tras una experiencia de aproximadamente un año de infiltración directa, y varios años de dedicación exclusiva a la actividad antiterrorista, en ningún momento, llegue a sentir nada remotamente cercano al síndrome de Estocolmo, yo siempre he sido un firme partidario de la línea dura, y jamás me sentí identificado con, ni tuve la menor empatía ante ningún objetivo, sencillamente yo tenia la capacidad de abstraerme, de desconectar, que me posibilitaba para vivir una comedia permanente sin llegar a perder el juicio , refugiándome en mis momentos de intimidad a solas, en mi, al modo del Doctor Jekill y Mr Hyde. Compartían el mismo cuerpo un Jesús real, con otro ficticio, llegando a temer en ocasiones el Jesús ficticio dominante que el real saliera a la luz, cuando por ejemplo ante la noticia de un crimen terrorista , mis supuestos compañeros de estudios y asociación hacían alguna broma, o directamente decían que el “hijo de puta se lo tenia merecido, que se joda”, como digo en ese momento, en ocasiones sentía verdadera angustia por si mi verdadero yo estallaba, rompía sus ataduras y le hacia algún comentario sobre la profesión de su madre al interfecto en cuestión, o que directamente le soltara una ostia.
Habíamos completado ya cerca de la mitad del camino, y estaba charlando todo el rato con Mikel, Iosu y Carlos sobre trivialidades, mientras con disimulo trataba de tener mas o menos controlado a Juanma, aunque nunca observándole de manera obvia, si me enteraba de lo que estaba haciendo perfecto, pero mas importante era ver con quien lo hacia . Los ratos que me inhibía de las conversaciones, miraba el paisaje, estábamos atravesando los valles de Leizaran y Larraun, una zona montañosa de colinas totalmente arboladas y prados espectaculares, un conjunto inmenso en tonalidad verde, con algunas agrupaciones aisladas de caseríos que destacaban en el paisaje sin romperlo, perfeccionándolo, pues la visión de esas casas muchas veces construidas en piedra, y en todos los casos de diseño puramente rustico y tradicional, cuyas vías de acceso eran blancos caminos que serpenteaban sobre la verde montaña, parecían transportarte al siglo XVI, si algo he envidiado siempre de Navarra frente a mi tierra de origen, es la exhaustiva protección del medio ambiente y el respeto para con el entorno rural, manteniendo el diseño tradicional de las viviendas, y la configuración de los pueblos.
En esas estaba, cuando a la altura del puerto de montaña de Azpirotz, veo un Nissan Patrol de color a juego con el paisaje, la leyenda Guardia Civil rotulada en las puertas delanteras, y unos rotativos encendidos, el vehiculo estaba cruzado en la autovia, junto con un montón de conos que dejaban abierto un único carril, seguro que desde medio kilómetro antes hay señales de reducción de velocidad, pero yo no me percate de ello, es lógico, yo había dado el punto y la hora de salida de los autobuses, así que les tomaron la matricula en Pamplona antes de salir, y en azpirotz que es un buen punto para cortar la autovia, se hace un control y nos van a identificar a todos.
Un Cabo1º del GAR (una unidad de operaciones especiales de la Guardia Civil), cuya barba rozaba en el chaleco antibalas y con cara de no haber tenido un amigo en toda su vida subió al autobús, y nos ordeno a todos los pasajeros de forma clara y escueta que bajáramos del mismo
-Todo el mundo abajo de uno en uno, AHORA.
Casi tuve un orgasmo cuando gire el cuello, y vi que Mikel tenia las facciones desencajadas, parecía que acababa de ver a la niña del exorcista, al hombre lobo y al Conde Drácula, todos juntos y afilándose las uñas, por no hablar de Juanma cuyo aspecto, era indicativo de una posible gastroenteritis aguda complicada con un cuadro severo de mareos y vértigos, todos descendimos, y los Guardias nos colocaron cual rebaño a un costado del autobús, desde el cual solo se veía el valle, haciéndonos pasar de uno en uno al otro lateral del vehiculo rodeándolo, simultáneamente, otros Agentes registraban mochilas y el interior del bus , cuando me toco a mi, me di cuenta de la jugada, no solamente entregabas el DNI y apuntaban todos los datos (procedimiento habitual), sino que te hacían situarte en un punto concreto, y entonces el Cabo que tenia tu documentación en la mano te preguntaba tus nombre y apellidos, de forma que de pie y en voz alta decías tu filiación a unos metros de la parte de atrás de un Nissan Patrol con los cristales traseros tintados, demonios aquello ya no me gusto, Rafael no parecía tener plena confianza en que me saliera bien el trabajo, aun así me lo tome con filosofía y cuando le toco a Juanma pensé, sonríe a la cámara hijo de puta.
Aquello cambiaba un tanto mis prioridades, y le daba mayor nivel de exigencia a mi función, no se trataba de tomar imágenes de Juanma, pues ya estaba grabado en video diciendo su nombre, sino de además de identificar a su entorno, tratar de discernir cuales fueron los temas tratados por los jefes provinciales en la reunión.
Una vez en Hernani, y tras aguantar un buen rato los comentarios en el autobús a posteriori del control “txakurrak hijos de puta” o “ese baboso me ha tocado el culo, ojala le vuelen a el los huevos”.Entramos en el recinto donde se celebraba la cena asamblea, era el frontón, sito a la entrada de la localidad, viniendo por carretera desde San Sebastián, ya no recuerdo su nombre, la decoración era la habitual, una inmensa ikurriña desplegada sobre una de las paredes, y pancartas que afirmaban que en el territorio vasco, solo se debe hablar vasco. No había sin embargo consignas políticas, ni desde luego proclamas de apoyo a ETA, en aquella época la coordinadora recibía subvenciones de las administraciones autonómicas vasca y Navarra, por su labor de difusión del euzkara, y estaba en un permanente ejercicio de trapecismo político, tratando de disimular la evidente pertenencia al aparato político-social de ETA de su estructura, con el fin de no perder ese importante apoyo económico.
Toda la superficie de la pista del frontón, estaba cubierta de mesas para sentarnos directamente a cenar, y además cada mesa estaba ya dispuesta para que nos sentáramos juntos gente teóricamente desconocida de las cuatro provincias, esto me resulto muy sorprendente, y reconozco que me pareció original, no habrían discursos, la asamblea consistía en la cena y fiesta posterior, la idea era que todo el mundo se relacionara con todo el mundo, sin grupitos cerrados, y de esta forma se produciría un intercambio constante de ideas y opiniones. Con la excepción de los dirigentes provinciales, Juanma estaba sentado en una mesa en la que no se encontraba ningún alumno ni profesor de base, además mi mesa no era de las próximas, así que me las tendría que ingeniar, mientras nos acomodábamos, por la megafonía sonaba música tradicional, todo el mundo parecía bastante “cortado” al sentarse a la mesa con unos completos desconocidos, lo cual me daba ventaja, dado que yo me pasaba la vida fingiendo y estaba preparado para adaptarme a todo tipo de compañías, aunque en ningún momento, durante todo el tiempo que estuve infiltrado, pude librarme de un cierto estado de ansiedad permanente.
A medida que iba trascurriendo el tiempo y el vino, la timidez inicial se iba diluyendo, en mi mesa estaban sentados otros nueve alumnos la única variable que se mantuvo fija para mantener mejor la comunicación en las mesas, fue que estas fueran homogéneas en el nivel lingüístico, por lo tanto mi mesa estaba compuesta por un grupo de jóvenes, que apenas hacía unos meses solamente sabían decir en euzkara la palabra “independentzia”, eso si con un entusiasmo impresionante, de forma que inevitablemente el repertorio léxico vasco se agoto enseguida al comenzar las conversaciones, y en no mucho tiempo todos estábamos hablando en el idioma del odiado imperio, que era el que nos permitía coordinar el cerebro con la lengua de forma que alguien nos pudiera entender sin necesidad de sudar sangre, ni de emplear técnicas de traducción de ultima generación, tales como gruñir señalando el salero, o mi favorita, decir tres palabras en vasco y tres en Español en cada frase.
La cena ya estaba bastante avanzada, y la gente bastante alegre, así que decidí comenzar mi faena y para empezar un miura, fotografiar al objetivo con todo su entorno, para identificarles y descartar posibles miembros de la organización terrorista de forma que me levante, y empuñe tan pancho la cámara mientras me levantaba, le dije a mis compañeros de mesa que iba a echar una foto de recuerdo, tranquilamente todos se pusieron a posar unos/unas cuales cindy crawford de pacotilla, y otros en la clásica pose de borracho de sábado noche, sujetando un vaso semivacío y sonriendo al objetivo de una forma tal, que se percibía su aliento etílico hasta mirando la foto una vez revelada. Tras hacer la foto, me dirigí a la mesa de Mikel con la misma historia también funciono y a la de Iosu , en fin a todas las mesas en las que se encontraba sentado algún compañero de mi clase de Pamplona, por la segunda o tercera mesa ya había improvisado la perfecta cobertura, después de revelarlas las expondría en un tablón en la entrada del “Euskaltegi”, así que nadie puso la menor pega, además fui por orden fotografiando mesas de mayor a menor proximidad a la que me interesaba.
Mientras realizaba los rápidos reportajes no dejaba de observar al objetivo y su grupo, intentando localizar alguna clave para tratar de averiguar los temas tratados, dando rienda suelta a mi entrenamiento registraba la mesa con la vista en busca de algún portafolios, libretilla, agenda o cualquier otro documento de reunión, con el que me pudiese hacer unos instantes, los suficientes para hacer una copia esquemática o una memorización de los puntos mas relevantes, el problema de la segunda técnica, es que con seguridad, el posible documente estaría redactado en perfecto Euzkara, aunque de momento no tendría que preocuparme de eso, para desgracia mía no había en todo lo ancho de la mesa ningún documento, demonios tendría que arreglármelas para que alguno de los presentes me hiciera un relato de lo tratado en la cena.
Bingo, cuando estaba fotografiando la mesa de Nekane que era la única compañera de clase que me faltaba, vi sobre la mesa de Juanma, a unos veinte centímetros de su brazo derecho dos servilletas de papel parcialmente desenrolladas y con lo que parecían esquemáticas anotaciones improvisadas, no se había desecho de ellas pero tampoco parecía tenerlas en cuenta simplemente estaban ahí mientras el seguía parloteando, ya en el turno de la copa y el puro, estaba claro, esas servilletas de papel vendrían conmigo vivas o muertas.
Una vez en la mesa clave volví a pronunciar la excusa de la exposición fotográfica en el tablón, y Juanma fue por segunda vez en menos de doce horas fotografiado por el enemigo, solo que esta segunda toma era mucho mejor, pues salía con el resto de la dirección de la coordinadora y también por que, no voy a quitarme merito, salio mirando a la cámara y riendo.
Hice la foto y me dirigí a Juanma,
-Oye sois la ultima mesa y os ha tocado a vosotros, ven y hazme una foto con los compañeros con los que estoy.
Lo dije con mi mejor sonrisa, y aunque no teníamos confianza dada la alegría generalizada del ambiente, no puso pegas y se recorrió todo el comedor tras de mi con la cámara en la mano, una vez en mi mesa le impartí un cursillo de 15 segundos sobre manejo del equipo en cuestión y nos hizo la foto de grupo de rigor .Le di las gracias y por fin me pude guardar la cámara, apure un vaso de vino y fui a los lavabos del frontón que estaban atestados, ya en la intimidad del WC, saque las servilletas de uno de los bolsillos de mi pantalón y me las guarde en el calzoncillo, yo siempre he creído que las mejores técnicas son las mas sencillas, por eso a la hora de hacerme con el documento me limite a en un rápido movimiento de manos, propio de un tahúr de los juegos de cartas, coger las famosas servilletas y metérmelas en un bolsillo, mientras le entregaba la cámara y le pedía el favor.
Cuando regrese, los comensales estaban empezando a salir del frontón. Un bilbaíno de mi mesa calvo como una bola de billar y con una cara de tarugo que no podía con ella, me dijo que nos ibamos todos de marcha a la parte vieja, “cojonudo” conteste, y era cierto me encontraba en ese momento de esplendido humor, y total de perdidos al río, por que no tomar un trago.

Fin del Capítulo III de Genin.
Ernesto.
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MensajeTema: Re: Genin Capítulo III    Genin Capítulo III  Icon_minitimeMar Jul 01, 2014 12:11 pm

Genin Capítulo III  Separador23

Un gusto pasearme por tus letras en este cuento.
Dios te guie.
saludos de Any
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