SUELTO
Inesperadamente, en un descuido de mi captor, me suelto y salgo a gran velocidad. Algunos tratan de detenerme, sin embargo, la suerte me acompaña y logro escapar entre el gentío eufórico. Sus ojos desorbitados claman venganza, gritan e insultan agitando sus brazos como guerreros mongoles antes de la batalla.
Mientras estuve cautivo, fui bajando de peso lo que me ayudó a estar más liviano y dejarlos sin posibilidad que me pudieran poner las manos encima nuevamente.
El cielo está limpio y el sol de la tarde calienta el aire mientras abajo mío, el césped prolijamente cortado tiene un increíble color verde.
Los guerreros mongoles rodean el césped ubicados sobre sierras. Son tantos que podría decir que las tapizan. Algunos de ellos están sobre el campo aunque… parecen distraídos corriendo de aquí para allá.
De pronto… un nubarrón cubre el sol por varios minutos, el aire se enfría y comienzo a descender sobre el césped.
Un mongol vestido de negro con cara de pocos amigos y con un silbato entre los labios me toma con una mano y me entrega a otro mientras le dice - tirá esta bolsa de pochoclos a la basura ¡rápido!... así puedo continuar el partido.
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"