La Vela

La Sra. Donovan caminaba por una calle de Dublín cuando se cruzó con el reverendo

Rafferty. El cura le dijo:

- Muy buenos días, ¿no es usted la señora Donovan, a quien casé hace dos años?

- Efectivamente padre, soy yo.

- Y dígame, ¿no han tenido niños aún?

- No padre, aún no.

- Bueno, la semana próxima debo viajar a Roma, así que, si quiere, encenderé una

vela por usted y su esposo.

- ¡Oh padre, muchas gracias, le estaremos muy agradecidos!

Y ambos siguieron su camino. Años más tarde se encontraron nuevamente. El

sacerdote le preguntó nuevamente:

- Señora Donovan, ¿cómo se encuentra usted ahora?

- Muy bien, padre.

- Permítale preguntarle, ¿han tenido niños ya?

- ¡Oh sí, padre. Tres pares de mellizos y cuatro criaturas más...!

- ¡Diez niños...! ¡Bendito sea el Señor! ¡Qué maravilla! ¿Y dónde está su amante

esposo?

- Camino a Roma, ¡¡¡ a ver si puede apagar la puta vela...!!!

* Jajaja me hizo reír bastante bro. Saludos.*

jajajajajajaja originalidad y humor se mezclan para dar luz y arrancar una sonrisa al lector... y también para pensar que es mejor NO comentar nada con un cura que se disponga a viajar a Roma jajajajaja
Gracias por el buen momento que me hiciste pasar amigo...

Me alegra haberte hecho reir Pigo. Gracias por tu visita, amigo. Saludos,
Jose

Jajaja..., es así Sagid, hay que tener gran cuidado... Muchas gracias por tu paso y comentario, amigo. Un saludo cordial,
Jose

Buenisimo!!!me has hecho reir como siempre.

Gracias por tu grata visita Karla. Saludos,
Jose