Ilegal

Ilegal, frente a la puerta, no nota que se le ha puesto hinchada la cara por toda una noche de injurias a la salud, anoche jugaban con trinches post infernales, maceteando y triturando cada medio movimiento, medio sueño, tintineaban cosas fieras como escuadrones de venganza, que se ha revolcado como en posesión de efectos especiales del cine independiente, ha nombrado todas las palabras altisonante conocidas e inventadas desde la desesperanza, y la noche tuvo la gana de contar con muchas horas más de las que se le permite cuando el cansancio apremia, el dolor tiene permiso de estirar las horas.
Esos ojos ilegales con el color negruzco de los mapaches, es una forma de zombi concentrado en amargura, nada de comer suena apetecible, el agua rasga como lijas, clavos tachuelas, todas esas chinchetas patinando en la cara.
Es que es ilegal, atraparse de esta forma en una tortura de aspectos medievales, se lo dije ayer cuando salió a hurtadillas a comprarse un analgésico de potencia suprema rotulado máximo para seis horas de permiso, sé que no le funcionó, ni siquiera para poder tragar humo sin que empuñe una casi eterna agonía.
Es ilegal verle correr por la casa desde las cinco y media rogando que llegue las nueve y el dentista monstruo de un ojo brillante, de clavo de olor y taladro chillón, atienda su medio diente.