El diablo

Y pensando en el Ángel de la Guarda, entonces pensé en su contrario: el Diablo, ese que se nos mete en algunas ocasiones, esa sombra oscura que nos produce sentimientos contrarios. No podemos desencadenarnos de él, es nuestra dualidad. En todo momento está presente.
—Recuerda la fuerza, doma al león— me recordó mi voz interior.
—Yo no tengo máscaras— apareció el Loco después de su descanso.
— ¿Y a que te refieres con tus máscaras? Le pregunté
—Ja, ja, los egos, las apariencias, los vicios, la vanidad— y cuando dijo estas palabras empezó a caminar distinto, se irguió, dejó su morral con las máscaras y gritó al perro diciéndole que olía feo y que no lo siguiera.
—No necesito tu compañía, ni tu fidelidad, ¡sólo me basto, eres poco para mí!
Y con esta dramatización desapareció de mi vista dejándome asombrada y preguntándome:
—Acaso a ratos al Loco también se le mete ¿el Diablo?—

Bueno Etel, esta serie de micors que nos dejas es realmente sorprendente y maravillosa, y mas aun, donde vas transmitiendo esa sabiduria y dejas reflexionando...las mascaras, cuanto las usamos muchas veces y aun cuando queremos deshacernos de ellas,siempre andan rondando por ahi...el morral muchas veces todos lo cargamos, aun cuando tratemos de jarla de lado...me hiciste recordar a aquel payaso que intente matar un dia...a veces vuelve, a veces me mira, pero en cada momento, intento burlarlo...ojala que asi sea....muu bien Etel, insisto en ese poder de dar para la reflexion que tienen tus relatos, de verdad, maravillosos...

Besos,

Ignacio

Gracias Nachito....

Estoy siguiendo esta serie de relatos y la verdad son sorprendentes.En cada entrega nos deja pensando,buscando dentro .
Excelente,y sabes tendrías que juntarlos todos,y no se colgarlos en novela o algo así,en un lugar donde se puedan disfrutar todos juntos.
Felicitaciones.

Gracias Nomade por tu sugerencia y por tu lectura.
A Nachito tambien que los ha seguido paso a paso.-