EL CANALLA

RESUMEN : Luis Tejada

EL CANALLA

PAULO COELHO

Todos hemos tenido un canalla en nuestras vidas.
Se trata de la persona que más intenta destacar mientras somos adolescentes, cuando luchamos para cimentar nuestras identidades, nuestros sueños, nuestro lugar en el mundo. Entonces, nos asaltan las dudas sobre lo que debe hacerse, y de repente, ahí está el canalla: el es siempre el líder, el que se cree más atractivo, más inteligente, más capaz de enfrentar los desafíos del futuro.
Para mantenerse en esta, ataca nuestra autoestima: quiere hacernos creer que somos feos y sosos, que no tenemos futuro y que todos deberíamos vernos reflejados en él y en su manera de liderar la pandilla del barrio (o del edificio, o de la urbanización). En el caso de los hombres se impone por su fuerza brutal o porque es el más listo, sabe más que todo el mundo. En el caso de las mujeres, es siempre la que atrae las miradas de todos los hombres, la más elegante y a la que invitan a todas las fiestas.
El canalla nos mira con cierto aire de superioridad y dicta las normas a seguir por el grupo. Su conducta y personalidad nos intimida y dejamos que abuse por algún tiempo. Sin darnos cuenta le damos al canalla el poder que no tiene ni merece. Este será el momento en que su luz brille pero efímeramente. Esto forma de ser es parte de nuestro aprendizaje, mediante este proceso desarrollamos nuestras defensas para el futuro.
Crecemos y el canalla desaparece aunque sigamos conservando su imagen de superioridad. Durante este período pusimos a prueba nuestros valores fundamentales…mientras sufríamos el desprecio, la inseguridad o la fragilidad, el se mantenía la margen, no tuvo que atravesar las difíciles y amargas horas que los demás vivimos.
Una vez adultos, se nos ocurre hacer la fiesta de reencuentro con nuestros amigos de juventud. El canalla reaparece normalmente también casado (a) . ¿adonde llegó ese a quien envidiábamos y admirábamos secretamente?. La primera sorpresa es que el canalla no llegó a ninguna parte. Mejor dicho, pudo dar un paso o dos con cierto éxito, pero la vida fue implacable con su arrogancia: el mundo de los adultos es bastante diferente al de la juventud. Pero al canalla aún le resta un último refugio, como piensa que el mundo no giró, quiere vivir sus momentos de gloria. Al principio quiere volver al pasado pero pronto comprendemos que el fue un instrumento para que pudiéramos crecer. Después de algunos tragos vemos al canalla replegado, intentando probar lo que no existe, que aún creemos que nos manipula.
Reímos, confraternizamos, pagamos la cuenta y salimos con la impresión que el canalla lo tenía todo para que le fuera bien en la vida y no lo consiguió.
Todos hemos tenido un canalla en la vida. Menos mal.

A los canallas de turno yo les aplique la táctica de ignorarlos. Eso me costó muchas peleas y ojos morados, además muchas fiestas y compartir con posibles amigos, pero creo que valió la pena porque mirando hacia atrás no veo muchas amarguras por este motivo. Claro que ayudó mucho mi personalidad solitaria y que afortunadamente con mis padres viví en casa de campo y seguimos viviendo, en donde no se tienen vecinos ni nadie que nos perturbe. En cuanto a las chicas dejaba que ellas tomaran la iniciativa hacia mi y si preferían al canalla, problema de ellas.

Un excelente texto,como siempre muy ilustrativo de los tipos humanos sociales y su incidencia en la sociedad.
Uhmm, así que dejas que las chicas tomen la iniciativa,ojo, puedes quedarte esperando mucho tiempo.
En cuanto a ignorar a este tipo de personas, si, es una soloción, pero no un remedio.
Un abrazo, me encanto la historia.

Que las <Hadas te acompañen

Remedio no tiene. Este tipo de gentes son producto de la naturaleza humana. Lo único que se puede hacer es ilustrar y alertar a los niños sobre este tipo de personas y estar pendientes de ellos y de sus amistades como si se tratara de las drogas. Un (a) canalla de estas puede arruinar la vida de una persona. Me gustaría que los miembros del sitio opinaran y contaran sus experiencias. Yo creo que sería muy útil, se quiera o no, todos hemos tenido un canalla en la vida que pretendió arruinarnos la vida.

¿Me hablas a mí de tener canallas al lado? Viví durante muchooo tiempo con un ser de estos, logran apabullarlo a uno y dejar secuelas. Afortunadamente se llega el momento en el cual uno se sacude y entiende que no hay tal superioridad, hay envidia, mentes desquiciadas detras de estos seres.
Un buen tema Luis y ojalá todos opinaran sobre El canalla.