Homenaje a las hadas

Esta mañana al salir, podés creerlo? tenía amotinadas a las hadas que se habían escapado de los cuentos. Campanita, con los brazos cruzados y ese gesto como mueca de estar molesta que pone a veces...estaba con Wendy (después de haber pasado unos días encerrada por disturbios en la vía pública e intentar convidarle a un oficial algo de eso de lo que usa para volar, entendió que no podía ser tan celosa...además a Peter le interesa sólo su actividad lúdica); las tres hadas de la bella durmiente (que estaban aburridas...todos durmiendo por cien años), el hada azul de Pinoccio (mirá que le dió trabajo ese; de todo probó...), la de Cenicienta (tenía la lengua trabada de decir "pipidipapidipú") y un par más por ahí... incluídas las mías. Estuvieron hablando (no te escondas, es peligroso pero nada que no se pueda manejar) sobre un par de cositas que las tienen apachuchadas y encima dicen que sus duendes están muy poco caballeros (no me quisieron explicar). Asique bueno, decidí subirles esto que había escrito para mis hadas hace unos años y dedicárselos...capáz que les robo una sonrisa al menos. Ojalá y se animen porque las hadas molestas y aburridas...pueden llegar a ser terribles. Ahi va entonces para todas las hadas (las mías y las demás).

"Mi utopía más real

Mis veinte minutos de
homenaje a mis Hadas que velaron mi sueño (mis hadas son las cosas de la
vida…interna y mi amor por la Vida) Cynthia, no me cobres por tomarme la
licencia poética de “hadas”.

Contemplativas, se quedaron respondiendo a mi pedido de reserva. Más que pedido,
fue un ruego. Más que un ruego, un verdadero grito: ¡tregua! Y es que aquello
de que te hablen al oído permanentemente puede llegar a ser enloquecedor, te
diré circunspecta.
A veces, claro está, la locura te aporta sus satisfacciones. Puedes, por ejemplo, decir las verdades más osadas sin temor a herir. Total, el absurdo se indulta asimismo en una rabiosa perspicacia de lo oscuro, de lo ajeno, de lo que habita fuera de todo parámetro…

Y allí se encuentran ellas, pequeñas flores de inspiración. Algunas huelen a jazmines que endulzan mi céfiro. Otras, tienen sabor a rosa mosqueta (de qué te has perdido si todavía no has probado el dulce de rosa mosqueta que hace Doña Clota…si, la que vive en Bariloche; donde los dúctiles laten…). Todas esas deliciosas criaturas me rocían con exquisita ternura las fibras y me empujan a crear…a crear…y a seguir creando.

Van borrando con sus alas despacito y subyugantes las líneas de los límites que el tiempo y los preconceptos marcan. Da miedo…porque es mejor tener todo domesticado y eso de soltarle las riendas a la imaginación puede ser devastador…encantadoramente devastador.

A veces, claro está, ventilan mi entraña de efluvios dolorosos. Como cuando me conecto con el sufrimiento ajeno. Y es tanto el padecimiento, que se torna insoportable. Porque se multiplica y se potencia a la vez en los poros de mi piel, en las ranuras de mi mirada. Ahí, ahí mismo donde se cuelan y escapan los silencios…

Esos mutismos balsámicos que emanan inciensos reparadores. Y te rozan, te rozan en el centro: justo donde se encuentra el impulso autodestructivo humano con el de autoconservación. Y se dan la mano, para seguir acechándose mutuamente.

Querida vena lírica que marca su territorio en mi piel: las musas. Ellas me respetan, si. Y también se cansan de esperar sentadas. Una, hizo un bolso con todos los textos que no fueron ni serán y se marchó sin saludar. Otra, la más pequeña y traviesa, comenzó a correr por la casa (hasta la perra se inquietó) y ya no se dejó atrapar…La más blanca me miró nítida, comprensiva, compañera, fiel e impoluta: profética. Un poco más
indiscreta, la última, comenzó con un tenue murmullo que fue conduciendo con
sagacidad hacia un impertinente cotorreo: rebelde! A ella le envié un oficial
para que le leyera sus derechos (por esto de que “tiene derecho a permanecer
callada…”). Pero ella lo sedujo, lo envolvió con su canto de sirena y lo transformó en poeta.

Hicimos un pacto: no las nombro. No les pondré nombre. Porque sería apropiarme de su esencia, apegarme y esclavizarlas.
_¿Una copa de vino, amor?_me dijo mi Lord de los caminos de vuelta a la cordura, mi señor del cable a tierra, mi canal.
_No sé, tal vez me haga mal…si ya escribo esto sobria y frugal, no sé que pueden hacer unas gotas de alcohol en mi sangre...¡kaboom!

Y es así que terminé escribiendo este relato, que camina en la cornisa de la incoherencia mientras deja la huella de una verdad: la fragilidad de la naturaleza humana…"

Van borrando con sus alas despacito y subyugantes las líneas de los
límites que el tiempo y los preconceptos marcan. Da miedo…porque es
mejor tener todo domesticado y eso de soltarle las riendas a la
imaginación puede ser devastador…encantadoramente devastador.

A
veces, claro está, ventilan mi entraña de efluvios dolorosos. Como
cuando me conecto con el sufrimiento ajeno. Y es tanto el padecimiento,
que se torna insoportable. Porque se multiplica y se potencia a la vez
en los poros de mi piel, en las ranuras de mi mirada. Ahí, ahí mismo
donde se cuelan y escapan los silencios…

Esos mutismos balsámicos
que emanan inciensos reparadores. Y te rozan, te rozan en el centro:
justo donde se encuentra el impulso autodestructivo humano con el de
autoconservación. Y se dan la mano, para seguir acechándose mutuamente.


Todo el relato y su presentación es máginifico, y me conmovio hasta el tuetano, casi que senti suspirar un hada dentro de mi timpano...cosa que no sabia que tenía.
Gracias por este texto, es maginifico,mis desconocidas hadas te lo agradecen

Esos mutismos balsámicos que emanan inciensos reparadores. Y te rozan, te rozan en el centro


LA NATURALEZA HUMANA Y TODAS SUS POSIBILIDADES, ¿SEREMOS UNIVERSOS DONDE HABIATAN PEQUEÑAS HADAS?,UFF,CREO QUE ME MIRE EL OMBLIGO,Y NO HABLO EN BROMA.

ME GUSTO ESTE RELATO

Nuestras hadas, nuestras queridas hadas ¿por que no homenajearlas? son tan reales como nuestras fantasías y tan humanas como nosotros ¿o no?
Me encanto como levaste el texto.

Sensible, inteligente y profundo;
con varias frases dignas de recordar
y un mensaje para tener siempre presente.

Un escrito un tanto extraño, que al principio me hizo reir. Lo imaginé un relato, y después noté que era una reflexión. No podría ni necesita ser clasificado. Me encantó, te felicito. Saludos, Fernanda.

Van borrando con sus alas despacito y subyugantes las líneas de los límites que el tiempo y los preconceptos marcan. Da miedo…porque es mejor tener todo domesticado y eso de soltarle las riendas a la imaginación puede ser devastador…encantadoramente devastador.

A veces, claro está, ventilan mi entraña de efluvios dolorosos. Como cuando me conecto con el sufrimiento ajeno. Y es tanto el padecimiento, que se torna insoportable. Porque se multiplica y se potencia a la vez en los poros de mi piel, en las ranuras de mi mirada. Ahí, ahí mismo donde se cuelan y escapan los silencios…


Que dificil comentar este texto, por que hay que buscar muy adentro esas hadas propias, las que nos conectan con el mundo o nos sumen en silencio, musas, hadas, ilusiones o voces que salen desde nuestra propia naturaleza humana.
Un texto excelente , que llega y cala...y despierta hadas que se sienten agradecidas por que alguien repare en ellas.

hacer sentir a los sentidos desde una esquina colmada de silencios, es donde se identifica el hombre como prueba fehaciente, de que, existe un mundo para soñar poetas y hadas.
me encantó muchísimo

"Ahí, ahí mismo
donde se cuelan y escapan los silencios…"

Patricio, Mateo, Ricardo, Antifás, Fernanda, Mario, Martín, Agustín, gracias por dejar sus impresiones (y que bueno que lo hayan disfrutado). Si bien esto lo escribí hace mucho tiempo...cómo no voy a homenajear y mimar a mis hadas...creo que si no fuera por la magia de las hadas y los duendes muchos (no soy la única y lo sé) no podríamos con tanta selva (que la masacre de Tamaulipas y las que se desconocen, el destino de Sakineh Mohamadi Ashtiani (porque viuda, decidió amar y seguir viviendo), el incremento del trabajo infantil, un caso nuevo de pederastia, que en Haití todavía hay un centenar de gente que vive en la calle y un caos importante (no me olvido), que uno de los mineros atrapados en Chile tiene 19 años y es padre de un bebé de pocos meses, que el lunes un vecino llama a su casa para decirle a su vieja que vuelve el viernes, que cumplió y ahora le bancan la facu para estudiar (pero el miércoles le avisan a la vieja que cayó en una emboscada y se quedó en Afganistán), que… mejor le hago caso a un amigo y sólo leo los chistes porque hay que ser de piedra para no conmoverse.
Un abrazo a todos a sus hadas y duendes (conocidas y desconocidas) y bienvenida Fernanda.