Chiquilla...

No voy a dormir, no hasta que termine de escribirlo…
Me siento como un niño… creo que a mis casi veintitrés años, aun tengo mucho de niño y eso, a estas alturas ya no importa, lo que me ha pasado es simple, es sencillo, es una cuestión emocional, no quiero correr no quiero flotar pero este día ha sido genial, ha sido lindo, casi perfecto, corrección: ha sido perfecto. Hoy por fin después de esperar años he podido salir con Julieta… hoy no he tocado el cielo pero estuve cerca… no he llegado a la gloria pero si a la tibieza de sus manos, no he sido quizá el más dichoso del mundo, pero la he tenido asidecerca, y todo ha sido como un rompecabezas, pues todo ha tenido su lugar y su momento… Julieta no lo puedo creer son las once y cuarenta y dos, es seis de mayo… es el mes de mi nacimiento, es el mes de la Virgen María y es el mes en que contigo he acariciado la gloria…

Al medio día llamé a tu móvil porque Maritere me jugó la broma de que ibas a cancelar nuestra cita… estuve cruzando los dedos cuando en un teléfono monedero al frente de mi casa marcaba 949XXX925; que no me cancele, que no me cancele… me repetía mentalmente… tu voz a lo lejos me dijo que todo estaba bien y que solo fue una broma de Maritere… (bien! ,bien! dije mentalmente) y ya desde ese momento el día empezó a ser lindo para nosotros.

Nos vimos en el lugar acordado, linda estabas, perdón estás linda y siempre lo estarás… caminamos esa vereda llena de universitarios hasta que nos subimos a un micro que nos llevó a esa playa hermosa, durante el trayecto empezamos a romper el hielo: conversamos , tú más que yo creo y eso me gustó pues me encantó esa franqueza con la que empezabas la conversa yo concentradito como un niño te escuchaba hasta la última palabra y evitaba mirarte o demostrar mi cara de payaso pues estaba desde ya contento… estaba como si me hubiera comido veinte perdices, estaba y estoy feliz…

A pesar de que el clima estaba medio tristón yo tuve fe y gracias a Dios, en Huanchaco nos esperó un clima acogedor, quizá friolento pero agradable y nuestra historia empezó, con esa larga caminata por el malecón… lentos como dos niños o quizá como dos adolescentes, tú hablándome esas tristezas que la vida te dio y yo tratando de hacerlas mías, sin embargo no quería que todo sean penas y te conversé de esos términos extraños que no conocías… de esas jergas que se me escapaban como dardos y tan noble exigías explicaciones y yo después de aclarar tus dudas me robaba mil sonrisas tuyas… Sé que esto sonará a poema cursi, pero es obligatorio decirlo, me siento así de este modo y no quiero guardarme nada, al contrario quiero ver la manera de hacerte entender mi estado emocional, aquí voy: que lindo es ver tus labios cuando sonríes, que lindas son las ondas de tu cabello, eres toda una Julieta... y si de tu voz se trata uff ni hablar… tu voz acaricia por algo tienes ese swing y ese tumbao al caminar ¿o sea si me entiendes no?

En seguida descubrimos que para la ocasión el vino estaba perfecto… tomamos esos remedos de vaso y alzamos nuestras supuestas copas y sintiendo la brisa que nos daba de frente, viendo el sunset y escuchando el romper de las olas fue el momento de brindar por nosotros, por la vida que nos ha dado ese momento y yo dichoso a tu lado sentí que esperar años por ese momento realmente ha valido la pena.

La música ¿Cómo se me pudo escapar ese detalle? Aunque en realidad, estaba planeado escuchar algo de música, pero ya lo dice el dicho: “al mejor cazador se le va la bala”… después de un rato saqué los audífonos y ahí vino la mejor parte… creo que la brisa no dejaba sintonizar con claridad y no escuchábamos más que ruidos molestosos, yo buscando una ubicación para captar una mejor señal y nada, hasta que acerqué el celular hacia tu hombro y logramos escuchar la radio con más calidad… pero claro no iba estar con mi brazo ahí en esa posición y lo mas cómodo era abrazarte con tal de sintonizar la radio había que sacrificarse… era un momento único y sin música hubiera sido como un ceviche sin picante ¿no crees?... hasta el celular conspiró a mi favor, que caprichoso es mi celu, y que buen amigo me salió… por el te he dado el primer abrazo de mi vida.

Los amores pasados no pudieron pasar por alto y lo hablamos alturadamente, no tuve reparos en contarte detalles de la estrepitosa relación que tuve con mi ex… y habían momentos en que coincidíamos y nos dábamos la razón. El sol se iba despidiendo y entramos en una penumbra, mágica y nos seguíamos sirviendo mas vino… fondo blanco te dije… y tú me seguías era como si fueras una niña y yo te llevaba de la mano… entonces en medio de nuestra laaarga conversación, por ahí me dijiste que era un chiquillo y yo te adelanté y te dije que ya no serás mi Julieta si no mi chiquilla y nos reímos nos miramos llenos de sinceridad y en la radio, en ritmo romántica pusieron Dejaría Todo de Chayanne, aprovechamos y nos hicimos algunas fotos, ahora las veo en el celular y yo estoy chino de risa, chino de emoción y tu distraída y al mismo tiempo encantadora, un amor tú inclinándote a mi lado… y por atrás esas palmeras que te gustan tanto.

Esa canción nos envenenó de algún modo y plum!!! Tú que volteas y yo me fui hacía ti y nació un beso, el primero de cincuenta creo… no quiero exagerar pero ha sido un día milagroso… te veo, aquí en esta foto y estoy contento y subo el volumen de la canción que hoy, perdón que ayer (ya son las dos de la mañana del siete de mayo) nos envenenó de cierto modo… y te pienso y aunque ya estés dormida… te mando un beso.

Ha sido como una luz en la oscuridad de la playa… porque luego de pie me diste el enésimo abrazo y yo respiré lento y al detalle el aroma de tus ondeados cabellos nos colgamos en un lindo momento y hablamos cosas que solo nosotros sabemos… hasta que decidimos volver, caminamos algo separados, luego te cogí la mano y no estabas segura y era preferible andar como amigos… había que ser comprensible y lo entendí, sin embargo volviste con fuerza y me metiste a tu bolsillo o a tu cartera y te robaste ahí sí al cien por ciento mi corazón cuando me pediste que mejor caminemos abrazados… el amor ha vuelto contigo… no sé a cabalidad lo que me digas más tarde o lo que me digas cuando termines de leer esta carta… aun así estoy como la canción: Yo no sé mañana -tengo que aceptar- me has dejado encandilado… pensar que al principio solo fantaseaba… hoy día he muerto con tus labios… y no quiero dormir… no tengo ganas de hacerlo… esto sí que cuesta entender, pero que se hace… yo te espero… tomate el tiempo que quieras pues por aquí, yo me siento como un niño… creo que a mis casi veintitrés años, aun tengo mucho de niño y eso a estas alturas ya no importa, lo que me ha pasado es simple, es sencillo, es una cuestión emocional…


Te quiero Chiquilla.


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Esta es la canción que de buena manera nos envenenó: