ABRÁZATE A UN ÁRBOL.

Puede parecerte absurdo esto de abrazarte a un árbol, ilógico ¿cierto?, pero ¿ lo has probado?, ¡qué pierdes en hacerlo!.

Que no te importe que te digan, ¿qué haces?, ¿estás loc0…?

El abrazo a la madre naturaleza puede aportarte muchos beneficios como; estabilidad, armonía, reconexión con la tierra, estar más presente en el ahora y, por lo tanto te ayuda ver las cosas desde la perspectiva de la unidad. Sinceramente debiéramos abrazarnos a un árbol cuando estamos en plena naturaleza para volver a sentir el latido de la madre, Gaia, y hacernos más sensitivos a las señales que emite nuestro planeta, entonces es cuando percibiríamos que es un ser “Vivo”, que está “Vivo”

Hemos olvidado esto, ya no prestamos atención al latir de la Tierra y eso nos está “perdiendo” como seres humanos, y nos está confundiendo dentro de un vertiginoso mundo de caos, depresiones, enfermedades y sin sabores.

No obstante, compartiendo el abrazo con la naturaleza, no sólo compartimos el hecho de mismo, sino que nos cargamos de energía altamente beneficiosa. Si estamos un ratito centrados en nosotros, en nuestro corazón podremos sentir muchas sensaciones nuevas y todas ellas relacionadas con lo que somos.

Cuando te sientas cansado, con estrés, con angustias en el alma, cuando sientas que estás falto de vitalidad,¡ no lo dudes!, si puedes , abrázate a un árbol,recibe su poderosa enegía y dale mil gracias por ello, ten presente que en este mundo interactuamos con todo, con otras personas, con la naturaleza, con los minerales, con el agua, con la tierra, con el aire, con el éter, con el cosmos, todo lo que hay sobre y por debajo de nosotros. Formamos uno sólo, cuando se entienda esto, seguro que no será tan raro ver a una persona abrazada a un árbol, por ejemplo y podremos decir entonces , se esta abrazando con el “Todo” y lo celebraremos.

ELLOS LOS NIÑOS YA LO ENTIENDEN.

Interesantísimo el tema que has tocado,estoy muy de acuerdo contigo LUHEMA.

Manu Leguineche,vasco de Arratzu,ha detenido sus pasos en un rincón de la Alcarria.
En una ocasión dijo:que huía de una vida abrasadora y que era capaz de ir al fin del mundo con tal de descubrir el silencio.
Aquí lo descubrió y también la paz.
Cada uno busca su sitio,su lugar ,para desconectar,para parar,para estar....
Tengo ese sitio que encontré este tiempo atrás,está en mitad del campo.
Es una encina centenaria,inmensa y más que eso...que extiende sus enormes brazos hasta abrazar la tierra.
Allí voy ,de vez en cuando a estar, a sentir la paz ,la tranquilidad, a escuchar los sonidos que tiene el silencio,voy a abrazar ,como la encina toda la sabiduría de la naturaleza y a empaparme de ella.
Todo un pequeño gran placer.

¡¡Abrazos de flores!!

En mi avatar te muestro mi encina favorita.

Así es, mi querida amiga!
Abrazarse a un árbol, como tú lo dices, es tomar conciencia de la Unidad de la cual todos somos parte.
Es reconocer que todos somos creación, y que hemos sido concebidos a través del amor del Padre Creador.
Es saber que formamos parte de un Todo.
Es reconocer y aceptar que la Madre Tierra es un ser vivo, junto a todo lo que está en ella.

Aparte de abrazarme a un árbol... te mando un abrazote enorme a tí también, ja ja!!

¡Oh, Luhema! Como me encanta que dejes esto aquí, que cuentes el por qué hay que abrazar a un árbol y, aunque sólo abraces a uno ya te comunicas con todos y la naturaleza que le rodea incluidas su fauna y los minerales.

Cuando era una tierna niña aprendí de mi abuela esta lección. Cada vez que nos levantábamos, en el jardín principal había entre muchas más especies un viejo chiminango o payandé, de la familia de las acacias africanas, alto y bello es si se cuida; sus flores que ofrecen su aroma a los insectos y dan cobijo a muchas aves. En sus espinas mi madre dejaba fruta madura, para que así en completa libertad tener el placer de escuchar a las aves y que ellas no nos temieran, al contrario, eran la delicia de los que nos deleitábamos con su canto y el colorido de sus plumas o con especies que normalmente no acudían a otros sitios por temor. Habíamos aprendido a distinguirlas cuando llegaban.

Ese árbol representaba la alegría de los míos cuando florecía y lo hacía a menudo, cosa que en Europa la mayoría de especies son estacionales y, cuando florecen, la hoja en su mayoría es caduca, por eso se siembra tanto pino en la reforestación, cuando deberían sembrar especies autóctonas.

Ese árbol fue muy abrazado por todos y bajo su sombra, alrededor, mi abuelo carpintero, había hecho un banco para que nos sentásemos a leer, conversar o a sentir la brisa de la tarde, ello no interrumpía para nada a las aves que anidaban o venían a comer, pues se sentían seguras. Cuando abrazábamos éste u otros árboles, siempre era un rito importante para andar los caminos o introducirnos en los montes; así de igual forma saludábamos a las piedras y al río y pedíamos permiso a los matorrales para adentrarnos en ellos, bien, en busca de ramas secas o leña, panales naturales o frutos silvestres para mermeladas. Hacíamos exactamente como los indígenas en su medio. Si algo nos afligía íbamos al árbol y se lo contábamos porque sabíamos que él miraba al cielo enraizado en la tierra... Alguna vez también nos dejábamos la rabia y las penas abrazados a un árbol. ¡Qué bien se queda el cuerpo después! Mis hijos aprendieron de ello. Tengo uno que es biólogo, su especialidad son los vegetales. >http://www.libreriadesnivel.com/images/portadas/9788496470781.jpg<

Un beso. Elisa

*¿Estás abrazada a un eucalipto?

QUE LINDO LO QUE NOS DEJAS, VOS TE LLEVARIAS MUY BIEN CON POE,JA ELLA VIVE DICIENDO QUE HAGAMOS ESO, ELLA VA AL MONTE Y VIENE CONTANDO LO QUE DICE QUE CUENTAN LOS ARBOLES,LE GUSTA SENTIR LA TIERRA,LAS RAMAS Y TODO LO QUE DICEN.
A VECES VAMOS CON ELLA NO HE ESCUCHADO NADA JA, PERO QUE HAY ALGO DIFERENTE HAY EN ESE LUGAR

Tienes toda la razón Luhema, abrazar a un árbol es intercambiar energías, queda uno totalmente renovado después de hacerlo, y si se logra meditar bajo uno es excelente.

Sin saberlo en los lugares donde he vivido sobre la ventana de mi cuarto llegan las ramas de un árbol de mango, dicen que es sabiduría y el árbol del amor...

gracias por compartirlo

Los árboles y los bosques fueron símbolos de vida y protección en la astrología celta y a su alrededor fue desarrollada su cultura. En su tiempo, los druidas, inspirados en la magia estacional de los bosques, desarrollaron un horóscopo protector, que como la mayor parte de las culturas de su tiempo se encontraba inexorablemente ligado a las fases de la luna.
Los bosques así, representaban catedrales para los druidas, y en ellos se llevaban a cabo sus fiestas, rituales y ceremonias, el poder de los dioses se encontraba místicamente en cada uno de los árboles del bosque, cada árbol era consagrado a un Dios o simbolizaba una virtud.
Se asignó un nombre y una propiedad a cada luna, asimismo, un árbol ha sido asignado a cada luna de acuerdo con sus propiedades mágicas. Cada una de las fases luna – árbol tomaba un género y se encontraba bajo la protección del dios que le amparaba. Era tal la importancia del bosque y de los árboles que albergaba, que cada uno de los caracteres del alfabeto druida se corresponde con las iniciales de sus árboles protectores.
Los celtas asociaron cada árbol con una época del año y usaron un horóscopo compuesto de 21 árboles.
Dos árboles para los equinoccios:

• Olivo para el equinoccio de otoño; 23 de septiembre,
  
• Roble para el equinoccio de primavera; 21 de marzo.
  

Dos árboles para los solsticios:

• Abedul para el solsticio de verano; 24 de junio,
  
• Haya para el solsticio de invierno; 22 de diciembre.
  

Los 17 árboles restantes, Abeto, Álamo, Arce, Avellano, Carpe, Castaño, Cedro, Ciprés, Fresno, Higuera, Manzano, Nogal, Olmo, Pino, Sauce, Serbal y Tilo, distribuidos en periodos equidistantes y opuestos.
La excepción es el Álamo, que cubría tres periodos.

Aquellos nacidos bajo la influencia de un árbol concreto reciben sus características y protección a lo largo de sus vidas.

¿Bajo la protección de que árbol estoy?


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18 de noviembre